jueves, 3 de abril de 2008

Y dijo Adán...

Y dijo Adán: Hagamos a Dios a nuestra imagen y semejanza. Y creó Adán a Dios. A imagen de Adán lo creó y le dijo: Te dejaré en los cielos y solo vendré a buscarte cuando yo tenga necesidad de algo. Nunca me acordaré de ti, a menos que ya no esté en mis manos la solución. Te pondré para que los hombres te echen la culpa de todo, hasta que te califiquen de injusto. Serás la excusa para vivir de muchos que aprovecharán que van en tu nombre para pedir dinero para tu obra, porque está claro que tú desde los cielos siempre estarás necesitado de dinero y de ayuda. Las guerras de la tierra serán en tu nombre y los éxitos serán míos aunque te vamos a mencionar para que no se sienta mal nuestra conciencia. A veces diremos que creemos en ti. Haremos un libro de tus historias para que los gobernantes de los países poderosos pongan su mano derecha encima y juren en tu nombre que serán justos con los pobres de sus naciones. Lo cumpliremos siendo muy justos en el dinero que se de para educación y salud. Así lo haremos. No te podrás comunicar con todos los hombres, porque tú serás un Dios limitado, así que decidiremos con quienes lo podrás hacer y esos serán los dueños de las religiones. Ellos por ser dueños y representantes tuyos vivirán como dioses y se enseñorearán de cualquiera que llegue a solicitar su ayuda. Haremos fiestas en tu nombre y nos daremos regalos entre los hombres. Te pediremos que sacrifiques a tu hijo para poder usarlo de ejemplo de lo que nos pasaría si no te tuviéramos a tí. Ojalá puedas con todo esto porque nosotros firmaremos acuerdos entre las naciones para que haya paz, para que no se derritan los polos, para que haya justicia, para que no todos tengan iguales cosas porque es mejor que unos pocos sean los dueños y encargados de cada país. Sabemos que a ti no te gustaría partir la tierra en muchos pedazos, así que lo haremos nosotros y pondremos ejércitos para defender lo que llamaremos fronteras. Te pondremos las fechas en que queremos que vengas a visitarnos aunque no las tengamos muy claras y tu nombre abundará en los cementerios porque hemos dispuesto que hagamos lo que hagamos en la tierra partiremos después para acompañarte y no estés tan solo como te hemos dejado todo este tiempo. Y fue la tarde del día séptimo, el día que Dios había pretendido que se le dedicara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, impresionante, reflexivo, atrayente y puento de vista realmente válido. Te felicito y te envido, es genial!!!.

Anika dijo...

La capacidad de crítica fundamentada no es fácil de encontrar... Como tampoco resulta muy fácil encontrar a dios en según qué momentos o situaciones...

Yo, personalmente, sigo mi búsqueda, mientras me proclamo atea, para evitar caer en todo ese cinismo y aprovechamiento barato de nuestra tradición cristiana.

Si le ves por ahí, dile que me debe unas cañas...